El camino hacia la décima corona
La selección de Mendoza cumplió y retuvo el título ante su público que significó su segundo campeonato consecutivo y el décimo en el historial. La borravino no mostró su mayor brillo pero consiguió un logro histórico
CHRISTIAN SOSA
Eran los principales candidatos a quedarse con el título y lo consiguieron. Haber sido campeones en 2015, jugar como locales después de mucho tiempo y contando con jugadores de selección argentina eran los condimentos necesarios que tenía la selección de Mendoza para defender el título.
Con la ya conocidas importantes bajas de Marcelo Mescolatti y Renzo Grasso, el desafío para el conjunto borravino era muy importante porque jugaba ante su gente. La vara estaba alta y había que salir a defender la corona obtenida en Misiones en 2015 y el objetivo era lograr la 10ª corona.
El primer paso fue bien dado. En la primera fecha derrotó a Paraná jugando un buen primer tiempo pero que en el complemento no lo pudo mantener.
Al día siguiente apareció el primer rival duro: Ushuaia. Ante un candidato, el equipo de Armando Corvalán no pudo desplegar el buen juego demostrado en los primeros 20 minutos del partido inicial. Está claro que el rival era de mucha más jerarquía pero un empate no fue un mal resultado.
Comodoro Rivadavia fue el tercer rival y ese nombre lo dice todo. Mendoza otra vez dejando dudas en el juego pero logrando una victoria importante y que le daba el primer lugar de la zona A para empezar a pensar en las semifinales.
Una baja que no pasó inadvertida fue la de Juan Pablo Giordanino que, por un desgarro, se perdió el tercer partido de la zona y el cruce de la semifinal.
Al ser primero el rival de semifinales era Corrientes con quien se había enfrentado en al final del 2015. Todo iba bien con el 3-0 a favor de la borravino hasta que a menos de un minuto para el final, el conjunto correntino igualó el partido y llevó al definición al tiempo suplementario.
El gol de Jontahan Gallegos le dio el pase a la gran final a Mendoza y la tranquilidad a un estadio de Talleres que lució lleno y que se fue festejando que al otro día se jugaba por el título.
El destino hacía que Mendoza y Ushuaia se encontraran nuevamente, esta vez definiendo un título de selecciones. En lo que ya puede catalogarse como un clásico nacional el partido fue similar al de la segunda jornada.
Un partido intenso y bien jugado por los dos hizo que la final tuviera los condimentos para que cualquiera se quedara con la victoria.
La suerte estuvo otra vez del lado de la borravino que en los momentos más importantes sacó chapa de candidato y con (por momentos) escaso aliento del público terminó levantando la copa (sí copa, no trofeo como usualmente entrega la CAFS).
Combo perfecto en una semana para el recuerdo. Jugando de local contra los mejores. Estadios llenos y mucha gente que no es del fútbol de salón estuvo pendiente de este torneo.
En cuanto al plantel se vio jugadores históricos a la altura de las circunstancia. Pero también la consolidación de muchos jóvenes que demostraron superar la presión de jugar entre su público.
Párrafo aparte para el entrenador Armando Corvalán. Eficacia perfecta dirigiendo al seleccionado con dos torneos al frente de la borravino y dos veces campeón.
La 10ª corona nacional se puso en juego en Mendoza y la copa quedó en casa.
Fotos: Fernando Martínez / Diario UNO / Prensa Fefusa / Municipalidad de Godoy Cruz